El ser humano es capaz de conseguir cosas increíbles cuando concentra todas sus energías en un único objetivo. Si alineamos todos nuestros recursos en una única dirección, nos convertimos en auténticas lupas.
El problema, como casi siempre, es que olvidamos con cierta frecuencia cuál es nuestro objetivo y cuáles deben ser nuestras prioridades para conseguirlo.
Para aprobar una Oposición sólo hay un camino, y es enfocarse obsesivamente.
La expresión enfocarse obsesivamente hay que interpretarla en el sentido de dedicarle a la Oposición todo el tiempo y energía de que dispongamos sin que ello suponga ninguna garantía de que será el tiempo y energía suficiente.
Mientas que hay opositores que tienen la suerte de poder dedicarse a opositar a tiempo completo, otros deben, además, compaginarlo con el cuidado de los hijos o con un trabajo que atienda sus obligaciones económicas. Cada uno tiene sus circunstancias, pero todos deben enfocarse obsesivamente si quieren tener opciones de aprobar. La diferencia estará en el tiempo que dure esa entrega en cuerpo y alma, pero no en la intensidad, que deberá ser siempre máxima.
Para poder enfocarse en la Oposición de una forma efectiva deben tenerse en cuenta varias cosas:
1.- HAY QUE SABER por qué estás opositando.
Sin un porqué, se hace imposible mantener el esfuerzo y la concentración necesarias para aprobar.
En su seminario «Unleash the power within«, Londres 2018, Tony Robbins explicó que cuando una actividad, opositar en nuestro caso, satisface al menos tres de las seis necesidades básicas que todos tenemos –seguridad, variedad, relevancia, amor, crecimiento y contribución-, nos volvemos adictos a ella.
Es evidente que nadie se vuelve adicto a opositar, pero lo que sí es cierto es que si encuentras al menos tres por qué estás opositando lo suficientemente potentes, podrás conseguir mantenerte enfocado en el estudio de una forma mucho más eficaz y productiva.
Al mismo tiempo, puesto que tus porqués apuntan tu foco, te será más fácil superar las distracciones, que son otro de los grandes obstáculos de la Oposición.
La mente del opositor siempre está ocupada. Si no le dices hacia dónde debe dirigirse, empezará a inundarse con pensamientos que, normalmente, nada tendrán que ver con estudiar.
Recuerda que los pensamientos son causa de nuestras emociones, las emociones determinan nuestra actitud y la actitud es fundamental en nuestro rendimiento como estudiantes. Por lo tanto, todo comienza por controlar los pensamientos. Si te enfocas obsesivamente en estudiar, sólo hay cabida en tu mente para lo que debes hacer y no para lo que podrías estar haciendo.
Pronto te darás cuenta -si no lo has hecho ya- que la mayoría de cosas que te apetece hacer y que, por lo tanto, te disfraen, no son buenas para la Oposición y viceversa, es decir, no te apetece hacer, lo que es bueno para la Oposición. Esto se debe a que cuando no tienes claro -u olvidas- el porqué estás opositando, te dejas llevar por las emociones y éstas anteponen la búsqueda de la satisfacción inmediata al sacrificio actual para un beneficio futuro, aunque éste dé mayor satisfacción.
Cuando se toma la decisión de opositar, hay que saber el porqué y asumir las consecuencias. Se trata de un ejercicio de madurez y coherencia personal. Si quiero aprobar, tengo que hacer esto y no aquello. Tienes que elegir tu propósito y fijar las prioridades para conseguirlo.
Todos los que nos hemos enfrentado a una oposición sabemos que la única forma de aprobar es perder la cuenta de cuántas veces se contesta a un buen plan con un: «No puedo, tengo que estudiar». Es duro dar esa respuesta, pero también hace que nos sintamos orgullosos, lo cual suele ser buena señal.
2.- HAY QUE Fijar objetivos
Para mantener el foco y aprovechar el tiempo lo máximo posible hay que marcarse objetivos a corto, medio y largo plazo.
Ello se consigue, por un lado, redactando una programación de estudio, y por otro, consiguiendo que esa programación cumpla una serie de requisitos básicos como son ser:
- Específica y Medible. No se puede tener como objetivo estudiar mucho. ¿ Cuánto es estudiar mucho? ¿ Cómo sé que estoy estudiando mucho? En la programación debe poner algo como estudiar un tema nuevo cada día, cinco a la semana, quince al mes, cuarenta al trimestre, cien al año ( por poner un ejemplo).
- Realista y Realizable. Los objetivos deben ser ambiciosos, pero no pueden basarse en expectativas desproporcionadas. Hay que tener en cuenta las circunstancias y capacidades personales así como que no somos máquinas que cada día rinde igual de bien que el anterior.
- Temporal y revisable. Una buena programación debe tener fechas. Solo así se puede saber si se está cumpliendo. Además, conviene revisarla para ajustarla a los cambios de circunstancias que hayan podido acontecer.
En lo que a fijar objetivos se refiere, como en tantas otras cosas durante la Oposición, el papel del preparador es fundamentar pues debe evitar lo que los expertos denominan
- La falacia de la planificación, que no es otra cosa que la tendencia de algunos opositores a mostrarse excesivamente optimistas de lo que son capaces de estudiar en un plazo determinado y, en consecuencia, se fijan objetivos inalcanzables que lo único que provocan, cuando el calificativo de inalcanzable deja de ser una opinión, es una merma de su autoestima.
- y el descuento hiperbólico, que gira en torno a la idea de que cuanto más lejano es el objetivo que nos hemos fijado, menor es la motivación inmediata para conseguirlo. El objetivo a largo plazo es dominar el temario para aprobar la Oposición. El preparador debe fijar los objetivos a medio y corto plazo que someterán al opositor a una presión que le obligará a aprovechar su tiempo al máximo.
3.- HAY QUE Simplificar
Como opositor debes aprender a diferenciar lo esencial de lo accesorio, lo urgente de lo que puede esperar. Lo más importante, es que siempre hagas lo más importante para aprobar.
Cada día tienes que decidir en qué vas a emplear tu tiempo. Se trata de que seas capaz de identificar cuáles de todas las cosas que podrías hacer, son aquellas que realmente debes hacer. No todas las tareas pendientes tienen la misma importancia ni todas las acciones para cumplirlas son igual de efectivas.
Esta labor de identificación y selección de tareas y acciones supone un enorme consumo de energía que puedes evitar simplificando tu vida con una rutina enfocada a la consecución de tu objetivo.
Para la elaboración de una buena rutina puede ser de gran ayuda tener presente el llamado Principio de Pareto según el cual el 20% de las acciones provocan el 80% de los resultados. Imagino que los porcentajes es lo de menos, pero lo que sí es muy importante es el concepto: de todas las cosas que hay que hacer para tener un tema completo y actualizado; para poder estudiárselo y cantarlo bien; para no ponerse nervioso con el preparador; para sentirse descansado; para que el cuerpo esté sano, etc. etc. etc., hay que concentrarse en las más efectivas.
De tu habilidad para descubrirlas, dependerá tu rendimiento.
resumiendo
Toda tu vida tiene que pivotar en torno a la Oposición: estudio, alimentación, deporte, descanso, vacaciones, diversión, amigos, pareja… Todo debes verlo con ojos de opositor.
Cada decisión que tomes, cada acción que emprendas, cada omisión que consientas, tiene que ir encaminada a acercarte al aprobado. ¿ Cómo va a afectar a tu oposición esas decisiones, acciones y omisiones? Hazte esa pregunta constantemente.
La carrera de la oposición la gana quien consigue estudiar más, resistir más, estar más enfocado. No se trata de ser infalible, sino tan sólo de estudiar, resistir y estar más enfocado que los demás opositores.
Qué razón tienes!!!es fundamental encontrar un plan adecuado a cada uno y también contar con un buen preparador pero eso es lo difícil!!!
Exacto Ana. Un buen preparador ayuda mucho a poder encontrar un plan personalizado y sostenible. De nada sirve querer marcarse un ritmo demasiado optimista si a los pocos meses hay que cambiarlo porque no se cumple. Ahí entra en juego la habilidad del preparador para hacerle ver al opositor que es mejor llevar cada semana cuatro temas nuevos -por ejemplo-, que una semana seis, otra tres, otra me pongo enfermo, otra cinco pero no bien aprendidos…Lo importante es que esa programación personalizada sea ambiciosa pero realizable, porque eso obliga a aprovechar el tiempo al máximo.