La figura del preparador se vuelve imprescindible en la vida de cualquier opositor.
El preparador es el mediador entre lo que el opositor es y lo que quiere llegar a ser, para lo cual se convierte en su guía durante su tortuoso camino.
Orienta el estudio del programa, fija objetivos, corrige y evita errores, resuelve dudas, actualiza o ayuda a actualizar temas, hace de psicólogo, de coach e incluso de confidente en quien descargar las penas.
Es tal la fortaleza del vínculo, que suele perdurar cuando la etapa de opositor termina, independientemente del resultado.
Estarás de acuerdo conmigo en que la calidad de la relación preparador opositor influye en el rendimiento de estudio. Todos recordamos asignaturas del colegio que nos gustaban o nos desagradaban tan sólo por el feeling que existía con el profesor. Daba igual la materia, lo que hacía que te gustara u odiaras una asignatura era el profesor. Ello se debe a que el profesor -preparador en tu caso- forma parte de tu contexto, de tus circunstancias, que generan emociones que determinan tu estado de ánimo que es fundamentales para el aprendizaje.
De ahí la importancia de tener un buen preparador.
¿ por qué necesitas un buen preparador?
- Conoce la materia y la Oposición. El principal motivo por el que la figura del preparador está revestida de un aura de autoridad es que ha estado en tu lugar y sabe lo que hay que hacer para aprobar. Es decir, ha conseguido lo que tú ambicionas. Sus conocimientos sobre la materia y su propia experiencia como opositor le dan una visión de conjunto que tú no tienes, permitiéndole resolverte dudas y orientar tu preparación de la mejor forma posible. Por lo tanto, contar con un buen preparador va a suponerte un importante ahorro de tiempo y energía al maximizar tu proceso de aprendizaje y minimizar la posibilidad de que cometas graves errores durante la Oposición.
- Evita la falacia de la planificación. Precisamente por lo que he dicho antes, un buen preparador evita la tendencia de ciertos opositores a mostrarse excesivamente optimistas con lo que son capaces de estudiar en un período determinado de tiempo. Te ayuda a marcarte objetivos adecuados a tus aptitudes y circunstancias que mantendrán a raya el riesgo de una bajada de autoestima y, con ella, de motivación. El buen preparador sabe apreciar las diferencias entre opositores por lo que establece una programación personalizada aunque dentro de ciertos límites lógicos, pues hay que tener presente, que el ritmo de estudio suele estar marcado, más que por el preparador, por la amplitud del temario. No puede pretenderse aprobar una Oposición de 373 temas estudiando dos temas nuevos a la semana ( sin llevar, además, temas de repaso).
- Va a mantenerte en tensión constante. Aunque es bueno que el preparador sea alguien cercano que inspire confianza, no puede convertirse, al menos no durante la Oposición, en tu amigo, ya que hay que respetar su papel jerárquico que le obliga a reprenderte cuando no estás a la altura. El deseo de aprobación o el temor de reprobación van a ser una fuerte motivación extrínseca que te impulsarán a estudiar al máximo. En mi opinión, este es uno de los papeles fundamentales del preparador y de los más difíciles de suplir. Quien decida opositar sin la ayuda de un buen preparador va a necesitar un compromiso y disciplina indestructibles para no caer en una humana autocomplacencia tras una buena racha. El preparador te obliga a dar el máximo cada día pues a nadie le gusta cantar un mal tema y que le saquen los colores.
- Ofrece una visión objetiva. Cuando te sumerges en el reto de aprobar es fácil -por no decir inevitable- que tus creencias sobre la marcha de la Oposición influyan en tu estado de ánimo. Explicaba en este post que tu estado de ánimo viene marcado por tus emociones y estas no son más que el resultado de comparar cómo crees que llevas la Oposición con cómo crees que debes llevarla. El buen preparador te va a servir de contrapeso tanto cuando te muestres excesivamente optimista como cuando caigas en un pesimismo injustificado. Es muy frecuente que los árboles no te dejen ver el bosque. Contar con una opinión externa, objetiva e imparcial es de gran ayuda. Ten en cuenta que la opinión de tu pareja, familia y amigos, aunque puede ser de gran ayuda y seguro que tendrá la mejor de las intenciones, no es objetiva ni imparcial.
- Enseña a ser un buen opositor. Nadie empieza a opositar sabiendo cómo se hace. Hay que aprender a ser un buen opositor y para eso está el preparador, para enseñarte. En este punto debe producirse lo que los expertos llaman una síntesis entre la autoeducación ( que no es otra cosa que la necesidad de que, como opositor, asumas la responsabilidad de tu crecimiento y de la marcha de la Oposición) y la Heteroeducación ( o la ayuda que te brinda el preparador para alcanzar tu objetivo). El buen preparador te transmitirá los valores del buen opositor ( compromiso, responsabilidad, disciplina, competitividad, humildad, gratitud…)
resumiendo
- Aunque es de gran ayuda contar con un buen preparador, nunca debes olvidar cuál es su función ni en quién recae la responsabilidad de la Oposición.
- La relación preparador-opositor implica un compromiso bilateral en el que la mayoría de las obligaciones las tiene el opositor.
- Recuerda que el preparador te brinda algo que nunca podrá recuperar: su tiempo. Por ello, se merece tu máximo respeto y consideración.
- Cuando tienes un buen preparador que consiguió superar las dificultades que se le plantearon durante su etapa de opositor, tus neuronas espejo empiezan a replicar el comportamiento que le llevaron a obtener lo que tu anhelas: aprobar.
- No es fácil encontrar un buen preparador, y, mucho menos, uno que se implique emocionalmente, que celebre tus victorias y sufra con tus derrotas, que no sólo se preocupe por los temas que traes sino también por cómo te has sentido durante la semana, en definitiva, un preparador que apoye y refuerce tu inteligencia emocional. Yo tuve la suerte de encontrarlo, y puedes estar seguro de que la Oposición se hace más llevadera.
Cada tema que escribes me gusta más que el anterior!!!!qué razón tienes y qué difícil es encontrar un buen preparador!!! Casi imposible te diría yo!!!!
Muchas gracias Ana. Un buen preparador da al opositor una tranquilidad fundamental; lo sé de primera mano. Lo bueno escasea, aunque en Notarías y Registros ( que son las oposiciones que conozco) hay muy buenos preparadores. El problema es que están hasta arriba de opositores y es complicado que acepten más. En cualquier caso, a base de trabajo duro y sacrificio se consigue sacar adelante la oposición a pesar de que tengamos alguna circunstancia desfavorable.
Interesante y útil nuevo post en el que se analiza la relevancia del preparador y su incidencia en el desarrollo y éxito o fracaso de la oposición.
Creo siempre hace falta un mentor que te guíe y acompañe hacia el aprobado.
En mi caso tengo la suerte de tener uno verdaderamente comprometido e intento corresponderle de la mejor manera posible: estudiando al máximo y dándolo todo cada semana. Y no olvidando algún detalle cuando llegan fechas señaladas. A ver cuando algún preparador escribe un artículo sobre qué regalarles! Nuestro último regalo pienso que gustó: https://vivaelbuenvino.com/las-7-mejores-vinotecas-pequenas/
Saludos