En una época donde las necesidades fisiológicas de la Pirámide de Maslow están, en la mayoría de los casos, bien cubiertas, la búsqueda de la satisfacción inmediata se presenta como un problema para conseguir metas a medio y largo plazo, entre las que se encuentra, naturalmente, aprobar la oposición.
Sacrificar el presente en aras de un futuro mejor, no está de moda.
Formamos parte de un mundo que gira a una velocidad de vértigo en el que somos bombardeados con una publicidad engañosa que nos dice que tenemos derecho a disfrutar hoy, aquí y ahora del prometido Estado de Bienestar.
Lo malo, es que ese mensaje ha calado; y se nota.
Muchos opositores se muestran incapaces de resistir un largo período de sufrimiento sin desmoronarse por completo. La frustración y la ansiedad que la acompaña, son males con los que tienes lidiar a diario para poder aprobar.
Si eres de los que tienen bien claro que estás dispuesto a sufrir y sacrificar lo que sea necesario para conseguir tu plaza, disfrutarás de una ventaja impagable respecto de los demás.
Capacidad de sacrificio, tolerancia a la frustración y compromiso con la oposición, son elementos diferenciadores entre los opositores que aprueban y muchos de los que terminan abandonando.
Entender un poco mejor cómo funciona ese deseo de satisfacción inmediata puede ayudarte a superar momentos de tentación casi irresistibles. Tratar de racionalizar los sentimientos, ha sido una técnica que siempre me sirvió para domesticarlos en beneficio de la oposición.
¿DE DÓNDE PROCEDE ESE DESEO DE SATISFACCIÓN INMEDIATA?
- Nuestro cerebro está programado para sobrevivir. Es decir, estás biológicamente programado para alejarte de todo lo que te hace sufrir -tu cerebro lo concibe como una amenaza para tu vida- y acercarte a lo que te produce placer. Cuanto más placer con menos esfuerzo, mejor.
Se trata de un instinto natural de supervivencia. Por eso, alimentarse, descansar o el sexo son actividades placenteras mientras que la ayuna prolongada, el agotamiento físico o cortarte un brazo causan sufrimiento. Si fuera al revés, nos extinguiríamos como especie.
Opositar es una actividad que provoca un gran desgaste físico, además del ya sabido psicológico. La Oposición causa dolor, por lo que la parte más primitiva de tu cerebro la va a identificar como una amenaza y va a activar instintos de supervivencia que intentarán alejarte de ese sufrimiento.
Del mismo modo que a nadie le gusta estar encerrado en una jaula con un león famélico, a nadie le gusta, per se, estar encerrado en una habitación opositando.
2. El dinamismo, la conectividad y la accesibilidad instantánea a un océano de productos, servicios y actividades que caracterizan al siglo XXI, añaden a la búsqueda de la satisfacción de necesidades, el agravante de la inmediatividad.
Ya no nos vale con poder satisfacer una necesidad. Queremos que esa satisfacción sea inmediata.
Hace no demasiados años, si querías tener tu canción favorita grabada, esperabas con los dedos en los botones de PLAY y REC a que el DJ la pusiera en la radio. Hoy, en menos de treinta segundos, accedemos en Spotify a la canción que queramos.
Es evidente que la inmediatividad es una ventaja, más todavía cuando el tiempo se ha convertido en uno de los bienes más preciados, pero también hay que ser conscientes de que nos ha convertido en seres impacientes.
Los grandes retos – como aprobar la oposición- y los grandes placeres que llevan aparejados, requieren grandes dosis de paciencia, constancia y resistencia.
¿ cómo superar la tentación?
Difícil, pero hay unas cuantas ideas que, tal vez, te pueden ayudar:
- Tienes que tener claro por qué estás opositando. Hemos dicho que la búsqueda de la satisfacción inmediata está gobernada por la parte más primitiva de nuestro cerebro, pero, obviamente, no somos gacelas en medio de la sabana africana, siempre susceptibles a ser cazadas al menor descuido. Somos seres complejos, con cerebros complejos y complejas y múltiples necesidades más allá de la de supervivencia. Tus porqués estás opositando te van a indicar qué necesidades a largo plazo estás tratando de satisfacer. Se trata de que toda tu conducta vaya enfocada a satisfacer esa necesidad de aprobar y no cualquier otra que eventualmente pueda aparecer.
- Debes diferenciar entre verdadera necesidad y mera carencia. La diferencia entre ambas es importante y no siempre fácil de detectar. Mientras que una mera carencia es un déficit detectado por el cerebro que si no se satisface, puede generar malestar; una verdadera necesidad no es más que una carencia intensa que ha superado nuestro umbral de resistencia y que, por lo tanto, el cerebro va a tratar de satisfacer a toda costa. Durante la oposición se tienen innumerables carencias y unas pocas necesidades. Ejemplo: no ir al estreno de la última de Woody Allen es una carencia; tener tiempo para relaciones sociales es una necesidad. La búsqueda de la satisfacción inmediata no diferencia entre carencia y necesidad. Tiene que ser tu parte más racional la que domine los impulsos y priorice.
- Recuerda que el sacrificio es el camino del aprobado. Es una frase repetida hasta la saciedad, pero no por ello es menos cierta: no hay gloria sin sacrificio. Decía en este post que siempre tienes la posibilidad de elegir qué significado le das al sufrimiento que provoca opositar. Tú eliges si opositar te está amargando la vida o te está acercando a la vida que quieres. Debes fortalecer tu capacidad de sufrimiento al mismo tiempo que consolidas buenos hábitos como seguir siempre la rutina marcada. Sé que esto es una obviedad de sobra conocida, pero, el mero hecho de leerla, hace que refuerces la idea.
- Pon obstáculos a las tentaciones. Otra obviedad que aparentamos olvidar, más veces de las deseables. Si sabes que te gusta consultar las redes sociales, no tengas cerca el móvil; si te entra hambre con facilidad, no tengas comida donde estudias; si sientes un impulso incontrolable de profundizar en toda sentencia o resolución que aparece en el tema, estudia en una habitación sin acceso a internet…
- Y facilidades a los deberes. Cuando tienes un mal día y la tentación de hacer cualquier cosa menos estudiar parece insuperable, proponerte un pequeño objetivo de fácil consecución suele funcionar. Si te dices: » acabo de estudiar este epígrafe y descanso», tienes muchas probabilidades de que generes una inercia que te ayude a seguir estudiando. Del mismo modo que tu cerebro primitivo te engaña para satisfacer sus caprichos, también tú puedes engañarlo para conseguir tus objetivos.
resumiendo
La impulsividad que nos lleva a la constante búsqueda de la satisfacción inmediata es un rasgo de la personalidad que está más marcado en unos opositores que en otros. Vivimos rodeados de una publicidad agresiva que conspira contra nuestros objetivos a largo plazo, invitándonos a consumir todo tipo de productos, servicios y experiencias de acceso instantáneo. Cualquier capricho se nos presenta como una necesidad vital.
Esta atmósfera viciada nubla nuestra mente y debilita nuestra capacidad de espera y sacrificio. Detectar a tiempo la tentación de una recompensa pequeña, pero inmediata –aprovechar el próximo puente para irse de viaje con los amigos- , es el primer paso para vencerla con el fin de conseguir otra mayor y duradera –aprobar-.
Es muy difícil aislarse de esa vorágine consumidora de placeres y encerrarse en un cuarto a opositar. La gratificación aplazada del aprobado, tiene en su contra el llamado descuento hiperbólico según el cual, cuanto más lejana sea la recompensa, menor será la motivación inmediata para conseguirla.
Hay que tener muy claro qué quieres, por qué lo quieres y que estás dispuesto a pagar el precio para conseguirlo.
Quizás, el secreto esté en necesitar poco, saber diferenciar lo esencial de lo accesorio y estar comprometido al máximo con tu proyecto de vida personalizado.
Hola! Me encanto este post y me ha abierto los ojos de una manera que nunca ningun libro habia hecho.
Si tienes algun libro como recomendacion, me encantaria escucharloa y asi poder ahondar mas en este tema.
Mil gracias.